La polémica marca de la nadadora china Shiwen Ye de 16 años en los Juegos Olímpicos de Londres, ha llevado a algunos a afirmar que puede tratarse de un caso de dopaje. Afirman que tiene similitudes con lo ocurrido con las deportistas de la Alemania Federal
Algunos atletas, como Ben Johnson, proclaman al principio su inocencia. Posteriormente ellos, su entrenador o su médico, admiten que han consumido sustancias ilegales. Esos casos refuerzan la idea de muchas personas de que los controles de sustancias prohibidas ponen de manifiesto que un deportista es culpable y hace trampa. Sin embargo, la verdad no siempre es tan sencilla. Los controles de dopaje no son infalibles y puede haber errores. Hay atletas a los que se ha acusado de mentir, en un primer momento, y luego ha habido que reconocer que en la prueba se produjo algún error. Por ejemplo, la suspensión por dos años impuesta a la esprínter Merlene Ottey fue levantada cuando se descubrió que el laboratorio no había tratado adecuadamente su muestra de orina. Para intentar conseguir que los controles de dopaje sean lo más precisos posible, se ha establecido una norma internacional y la International Standards Organization (ISO) puede otorgar el correspondiente certificado de cumplimiento de la norma a las organizaciones deportivas que la apliquen.